viernes, 10 de julio de 2009

Hola, mucho gusto.

Hola, mucho gusto. Vengo a delirar un toque.
Después de estos días de buscar algún tema que reflejar en estas cilíndricas y mágicas líneas blogísticas, me decidí a que era en vano y me puse al fin de disfrutar de la vida (¿?). Bue, en realidad no sé si fue tan así, pero lo que recuerdo es que me olvidé del tema.
Ayer, así de muy aburrida en un MUY aburrido feriado decidí irme a aburrirme junto con mi amiga que estaba más que aburrida jugando al TEG, que dicho sea de paso me dieron ganas de jugar al Monopoly. (ufff, creo que jugué en exceso con lo de “aburrida”.)
La cuestión es que jugando, delirando, y vagueando como siempre… Nos fuimos a su bendita cocina, esa cocina que ya parece un confesionario apestado de boberías de mujeres histéricas, tal cual somos.
5 horas, con comida y música de por miedo, tratando de desarmar un poco los mambos mutuos (qué trabajo, por dieu!). 2 niñas inocentes de 19 años tratando de entender a los hombres, la vida, las VUELTAS de la vida, a nosotras mismas…
Los razonamientos que logramos alcanzar fueron TAN ilógicos como lógicos. Fuckin’ elefante rosa que nos orina, defeca, vomita encima!
Puede alguien vivir sin estar rodeado de ese aura de amor ¿?
Existe alguien a quien realmente le importe un cuerno si lo miraron o no, sin hacerse ilusiones (por más mínimas que sean) con alguien?
Puede alguien decir AMO MI SOLEDAD?
Si existe, lo admiro, lo admiramos, y le hacemos un altar.
Al menos ya somos dos las taraditas que se suman a la construcción.
No sé cuál es el objetivo de este textillo, tampoco tengo dotes de escritora, pero al menos así me descolgué un rato del tiempo, pasé por estos lados, y dejé una huella.

He dicho.

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